El Taller

Escribir es montar un reloj.

El artesano trabaja horas y horas, bajo la luz de la bombilla, con una lupa delante de los ojos, para engarzar una rueda con otra, y un engranaje con el siguiente, y la placa y el piñón y el muelle, la corona y la primera rueda y la segunda y la tercera y cuarta ruedas. El personaje con su verbo y el verbo con la historia, el lugar con el adjetivo y el tiempo y el sustantivo con el segundo y tercer y cuarto personaje. Y el final, la caja, las manecillas, el cristal... Todo listo para el lector, que pasa, mira la hora, y continúa su rutina.

Siempre he querido ser relojera. Bienvenidos a mi taller.

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