Vino tinto

Se diluyen las líneas y asoman los colores a manchas. Ya no hay hojas y tierra y nubes y cielo, sino verdes, marrón tostado, azules y rosas y morados. Entonces, al dormirse la vista, el resto de sentidos parecen despertar. Y se escuchan los pájaros mejor que nunca y las sonrisas se huelen y reconozco los rostros por las risas. Y después de que la vista esté adormecida van cayendo el resto de los sentidos, y los olores se atenúan y las voces se pierden entre las manchas. Y se entra en un sueño pesado y dulce, un sueño como el de los niños.

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